martes, noviembre 28, 2006

Carta a Pedro Lemebel

Por Pablo Paredes (poeta)


Carta a Pedro Lemebel a propósito de su crónica como ex alumno del Barros Borgoño.

Domingo 4 de Junio del 2006


Pedro,

Las vaquitas que se salvan terminan volviendo al Matadero, pero para entonces el matadero ya no es el mismo, esa tragedia, ese monstruo de ladrillos rojos, ese tonito municipal y burlón, se ha convertido en reducto, en núcleo duro de resistencia, en contexto para el texto, ese texto que ahora te leo en la contratapa de la nación chilena.

Leo tu crónica y pienso en ese otro centro de alumnos, ese del 98, ese que levantamos con Javier Riveros y Juan Antipan varios años después de la dictadura y con un discurso tan ochentero que nos fuimos quedando solos muy solos, solitos para ser más exactos, con peinados pasados de moda, defendiendo la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago como defendiendo el honor de la madre. Ese matriarcado estaba roto, pero desde tan cerca no lo pudimos ver, eso no lo entendimos los que en pleno jaguareo de la economía y con una adolescencia reventando en la cara seguíamos insistiendo (con una nostalgia casi confesional) en el Mir y la Jota. Ahora superado el patriarcado y el matriarcado de la organización secundaria, la orfandad ha mostrado su cara más bella y más rabiosa, por eso te llamé para que fueras a leer al Liceo de Aplicación, no quise el Barros Borgoño, me dio susto volver al Matadero, han pasado muy pocos años, todavía no cambian las mesas que rayamos, todavía hay profesores que conocen mi nombre y tú sabes bien que la orfandad exige anonimatos o por lo menos clandestinidades.

Es lindo ese gimnasio, ahí se hacían las fiestas, las tocatas, los debates, ahí bailaban todos los niños punkys del Barrio Franklin, ahí siguen bailando. Me imagino que volviste a sentir el olor a baile de Santiago pobre y viejo y escuchaste ese grito autocompasivo MATA MATA MATADERO, UNIVERSIDAD DEL MATADERO.

Hay lugares de Santiago Centro que son sucursales de la periferia. Hay algunos colegios que son históricos como históricas y anónimas son las matanzas, liceos que huelen a parafina, esos liceos en donde se forma el primer profesional de la familia, esos que entran a la universidad más por miedo a defraudar al padre mecánico que por ser un aporte al cúmulo histórico de la patria. Esos que no entran ni a la Chile ni a la Católica, sino de la Usach para abajo. Casi todos terminan yéndose a una pensión fría de Concepción o Valdivia.

Otros son los estudiantes del Instituto Nacional, ellos sí que están en el centro, esos estudiantes son la tapa, la portada, el titular, de ahí salen los presidentes, los ministros, los científicos. Del Borgoño sale otra gente, sale sudada, constituyen rareza para las expectativas de la patria, salen porque los echan, porque no hay más camiones en donde meter más carne, se caen del margen. De la Universidad del Matadero salen las contratapas.


entrada de Revista Lúser a las 9:21 a. m.

3 comentarios:

Blogger jean ha dicho...

Don Pedro un Gusto en saber que es Ex Alumno del Gran Liceo Manuel Barros Borgoño, esta casa de enseñanza.

Le dejo un foro de Ex alumnos para que lo visite
http://mbbchile.foroportal.us

Atte
Jean Carlos
Generacion 1993 4C

1/17/2007 12:04 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

para q negarlo, si es toda la verdad,
somos la contratapa, pero eso si, ¡no seremos presidentes!, ¿pero alguna vez nos metimos al mateadero para ser el dueño?, somos los q miran de atras, esos q saben todo lo q pasa, y lo prefiero asi, somo el under q decide.

6/13/2008 8:19 a. m.  
Blogger Sisifo ha dicho...

Pedro y Pablo:

Pedro y Pablo, dos hombres amigos del lenguaje, unidos en una frase por el azar ya venido de la época del cristianismo primitivo, ahora re-unidos como dos animales: un raton mojado y una yegua.

Que profundo misterio los hace cruzar durante años la misma puerta de San Diego? Sera que, como los pajaros del mismo plumaje ustedes, los del margen, vuelan juntos entre palabras y versos paridos desde la precariedad?

Sus palabras, publicadas a medias, por aqui y por alla, ciertamente no seran leidas por los ojos hundidos en las portadas. Su lectura se hara desde el margen, desde el texto mal impreso y desde el oreja a oreja...

Despues de todo, por qué hemos de ser leidos? despues de todo "el marchitarse sin ruido no debe entristecer a nadie"...

yo tambien me apago en el anonimato,en ese anonimato de haberlos cruzado a ambos un dia, de estar, ahora, escribiendo estas lineas y que ustedes sean incapaces de recordar mi rostro, como aquel chofer de bus que me condujo a mi casa ayer, como aquella mesera que me sirvio una copa de vino: para todos mi cara no es sino una pura transparencia.

Tantas caras, tantos libros, tanto silencio.

J.N

7/22/2008 3:10 p. m.  

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